Doble la tela longitudinalmente por la mitad con los derechos encarados.
Cosa a máquina o a mano una costura de 1 cm a través de ambas capas para formar un tubo.
Gire el tubo para que el derecho quede en el exterior y plánchelo ligeramente.

Doble 1,5 cm hacia dentro los dos bordes crudos que quedan.
Plánchelos ligeramente.

Deslice la plantilla del diseño Sashiko y céntrela entre las dos capas de tela.

Con un marcador de tinta borrable con agua, trace el diseño que se ve a través de la capa superior de la tela.

Saque el patrón. Cosa a lo largo de los bordes doblados con puntadas invisibles de dobladillo.

Con el hilo Sashiko y una aguja larga, haga puntadas corridas, continuas y uniformemente espaciadas a 1,5 cm del borde para formar un recuadro dentro del tapete.

Cosa todas las líneas rectas del diseño Sashiko con puntadas corridas continuas y uniformemente espaciadas. En las curvas, use una aguja más corta y haga menos puntadas a la vez.

Cuando haya terminado de coser, remoje la tela para que desaparezcan las marcaciones. Déjela secar. Para terminar, plánchela.